Por Nancy Arellano.
Cada rama de la mercadotecnia tiene su área de oportunidad, que debe ser bien aprovechada por la empresa que busca posicionarse, más allá de ofrecer un producto y servicio.
Aunque cada marca sabe cómo mantenerse en tendencia, lo ideal es saber aterrizar una propuesta en que se involucre de manera oportuna su servicio o producto, con todo lo que se encuentra en voga.
Recientemente ha crecido el interés y vocación de realizar cambios en la vida cotidiana donde se disminuya la generación de basura, el impulso que ha tenido la cultura “zero waste” ha sido un escenario en el que más organizaciones van entrando, con la intención de poner su propio granito de arena.
La principal ventaja es que a través de esta imagen en la que las empresas muestran su interés en también cuidar el planeta, van captando a nuevos clientes, y al mismo tiempo, pueden introducir al mercado productos que cumplan con la característica de fomentar la sustentabilidad.
Además de la venta de productos comunes como vasos, popotes, bolsas, refractarios, cubiertos o botellas reusables, también representa un ahorro inmediato en los recursos que cada establecimiento utiliza en envases para los artículos que ofrece.
Esos pequeños cambios hacen ver que las marcas se toman en serio las campañas en pro del medio ambiente, y al mismo tiempo fomentan entre sus empleados esta ideología de reducir los desechos.
Como un bonus se obtiene también una imagen de acción social, al estar apoyando de manera directa una causa o colaborando con alguna asociación dedicada a al cuidado del planeta; prácticamente es un win-win.
Es importante que antes de empezar a introducir un artículo con el concepto de la sustentabilidad o de unirse a una campaña ya establecida, se tenga la información adecuada acerca del beneficio de este producto, y con ello, informar al cliente sobre las ventajas que tiene el producto sobre los ya existentes en el mercado, y no solo venderlo “porque es verde y está de moda”.
Prácticamente cualquier empresa puede iniciar un proyecto que apoye una causa ambientalista, siempre y cuando exista una conexión real entre la misión de la organización, y los productos o servicios que ofrece.